martes, 11 de julio de 2017

Ni faltan,  ni sobran.



Faltan susurros, y sobran  lamentos, solo el vaivén del viento trae melancolías, añoranzas;  Imágenes, una tras otra, flahs, tras flahs  como cámara fotografica de las antiguas.
Faltan caricias y sobran reproches, contactos, piel con piel, abrazos amados que ya no se encuentran, que ya no se sienten, pasado, pero presente al mismo tiempo.
Emociones faltan y sobra egoísmo y en las pupilas, sonrisas y risas siguen perenne.
La brisa te acaricia el oído, de palabras lejanas, de frases inolvidables.
Y la lluvia que empapa además del campo, el alma y los recuerdos asoman, entre los cristales, te hacen un guiño y vuelven a acomodarse en el harcón de la memoria y no te asustas ni entristece porque sabes que volverán, cuando menos lo esperes.
Siempre abraza la nostalgia, siempre asoman lágrimas.
 El olor a tierra mojada a volver, donde un día se perdió la niñez, los juegos( diabolo, corro de la patata, etc), todos ellos dijeron adiós, suavemente, sin que te dieras cuenta y dejó en el rostro, la sonrisa boba de la adolescencia y la fantasía fue dejando que los sueños acapararan con ímpetu tu mente y asoman, sin embargo, realidades, desengaño, sentires, no te quiero. los prejuicios y complejos afloran en tu alma.
Y la luna empieza a ser tan importante, las noches estrelladas, cuánto beso robado¡.
Y el viento, el viento se mece entre la arboleda y va acariciando los sentidos, trae perfumes de momentos vividos.
La memoria a veces te falla y aunque pones bolas de alcanfor para proteger los recuerdos,  a veces se escurren por el mar del olvido, y el olvido hace que la luna no brille y las estrellas no manden guiños, a veces ocurre.
Faltan encuentros, sobran silencios y el horizonte del mar donde se une cielo y mar, el sol ocultándose y cuando sale la aurora, las gotas de rocío, la luna que brilla la lluvia, el viento... Nada de ello, falta ni sobra, Maricarmen.

7 comentarios:

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

Por tus versos asumo que la vida es, ante todo una nostalgia, bella como la saudade portuguesa. Se va por la vida, en ese periplo que viene de la infancia, bella estancia de asombro y natural magicidad, pasando por la juventud, donde aplican los sueños y el amor, para recaer en una adultez, que nos endurece la vida. Pero, quedan los recuerdos, y la ansiedad por los abrazos y encuentros con quienes la vida se nos hace más benigna. Bella pieza de emociones y sentimientos tu texto Ma carmen. Un abrazo. Carlos

Jose dijo...

Así es la vida, pasando los días semanas años, y la ves pasar con tristeza dándote cuenta cómo destruye en muchos casos en vez de construir y que los sentimientos no desaparezcan y se echen en el saco del olvido,pensando que ocurrió de todos esos alegres sentimientos con lo cuales disfrutabas.

Gran poema y realidad de la visión del hoy recordando el ayer.

Un abrazo

Guaraciaba Perides dijo...

Não faltam nem sobram motivos para amar a vida...ela está sempre presente e basta estar sempre ciente da maravilha de existir ...lindos versos!
um abraço

Jose dijo...

Imperdonable no acordarme de felicitarte particularmente.

Gracias por esa siempre gentil visita.

Un abrazo

Anónimo dijo...

En primer lugar felicidades con retraso, ya que siempre voy lenta y en mi espacio hay un regalito.
Tus nostalgias, nuestras nostalgias, recuerdos que se acumulan al pasar los años, y que aparecen al volver a ese querido rincón de la tierra donde pasó nuestra niñez.
Me ha gustado como nos muestras tu sentimiento en letras.
Un abrazo.
Ambar

Verónica Calvo dijo...

Qué verdad, tanto sobra y tanto falta.
A veces los recuerdos se escurren, sí, y también quedamos en espera de mejores momentos.
Tanta nostalgia...

Abrazo, querida Mari Carmen.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

la nostalgia nos embarga y echamos de menos muchas cosas... pero finalmente todo está ahí, nada falta y nada sobra.

Un abrazo.