VOLVER A SUS RAÍCES.
Volvió, con la ilusión intacta del chaval que abandonó un lejano día su amada tierra, su pueblo, sus calles, su infancia querida. Recorrió paso a paso cada milímetro de aquella su tierra natal, palmo a palmo, fue llenando sus ojos de sus encantos, sus casitas blancas,sus gentes afables, las lágrimas surgieron de sus cansados ojos.
Sentía una enorme pasión por recorrer aquellos hermosos paisajes que estaban grabados en sus retinas, no había olvidado aquellas aguas cristalinas, aquellos manantiales cayendo de las heladas montañas. Recordaba aquellas corridas por los verdes bosques acompañado de su pandilla, sus amigos del alma que abandonó sin volver a verlos jamás..
Aquellos refrescantes baños en los meses de verano, sus juegos , sus gritos y risas, retumbaban en sus oídos. Como si no hubiera pasado el tiempo fueron pasando todas las imágenes más hermosas de su infancia, aquella tan feliz que jamás olvidó.
Recordó allí bajo su árbol preferido, recostado y sintiendo la suave brisa de la tarde sobre su rostro aquellas maravillosas tardes jugando en la dehesa,corriendo tras los becerrillos que campaban a sus anchas alimentándose en la frondosas praderas. Era todo tan maravilloso. Sintió una paz placentera que se quedó dormido, bajo aquella encina amiga.
Volver a su valle del Jerte, fue una explosión de sensaciones tan hermosas como el paisaje que tenía ante sus ojos, tenía la sensación que la vida se detuvo cuando cumplió los 15 años, que aún sentía el aroma de la jara y azahares. Sentía el pecho inflamado de felicidad. Había vuelto a su Extremadura querída.
En tus anocheceres bellos
quiero quedarme
en tus aguas frescas
quiero volver a bañarme.
Adormecerme en tus tardes bellas
junto a mi compañera,
caminar por tus dehesas
Mi Extremadura bella.
Aquí me quedaré disfrutandote
tierra mía
hasta que mis ojos se cierren
en el final de mis días.