A ROCÍO
Rocío, esta mañana me
Rocío, esta mañana me
he levantado
con ganas de hablar contigo
de contarte tantos sentimientos
que he sentido,
en estos cuatro meses
que sin tí hemos vivido.
Algo que habíamos guardado
en el baúl de los recuerdos
y que de pronto el destino
lo ha abierto de par en par
y ha inundado nuestras vidas
de dolor intenso y ansiedad.
De una rabia inmensa
por lo injusto de este mundo,
por dejar a tus niñas
sin tus mimos y tus cuídos.
Pero también quiero preguntarte
aunque no me respondas,
por mi madre y por mi hermano
con los que te imagino sentada
contándole nuestras cosas.
Te veo en el infinito
con mi madre,
buscando tela
para llenar el firmamento
de cortinas de color y seda,
pintando cuadros al óleo
para decorar las casas
que en estos ocho años
construyó mi hermano
sin pausa
para acogernos a todos
cuando toque la llegada.
También veo a la "chacha"
lavando los pañales
de Francisco el de mi hermana
con el que se te hará la vida agradable
y al que cuidarás con el alma.
Tengo que decirte que
veo tus manos cada
día en tu Tamara
con esa suavidad con
que tu nos maquillabas,
veo tu ojos grandes en
tu Dalila del alma y
me gusta mucho mirarlas
porque así me doy cuenta
que nunca te fuiste
del todo, porque en
ellas permanecerás presente
en sus cuerpos y en sus mentes
y en las de todos nosotros.
2.oo5
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