Mi amigo.
Me decía mi amigo que era feliz
siendo vagabundo,
aunque le llamaran loco,
a el le gustaba dormir bajo las estrellas
bañarse en el mar a solas con las olas.
Le gustaba que las palomas
comieran de su mano, aquella misma
que el alargaba cuando
cantaba en medio de una plaza.
Le gustaba ser vagabundo
porque era tan libre como la brisa que
acaricia la cara de un niño
cuando jugaba.
Sí, el era feliz de vagabundo
y se le notaba porque el vivió
mil historias para contar
y le gustaba su soledad
que compartía con su amigo fiel
aquel que nunca le fallaba,
aquel que se apretaba a su
cuerpo en las noches heladas
y daba mil volteretas a su alrededor
cuando triste lo encontraba.
Mi amigo siempre me lo dijo
que él era naturaleza que
que era aprendiz de la vida
y maestro de la experiencia.Maricarmen