sábado, 3 de marzo de 2018

Dos almas.


Somos dos almas prendidas
 en la fugaz luz de la noche serena
que tras la  tenue neblina de 
una lluvia de tormenta nos niega la
esperanza de renacer unidas.
y cruzamos miradas, sellamos
 los labios con palabras silentes. No
se si fue la lluvia, la fina lluvia,
 la que enfrió aquella locura.
 Locura bendita, de noches sin sueño
, de sueños constantes.
Seremos pasado en el deambular
 de nuestros pasos, hacia un final,
desgastando emociones, simulando
 intenciones, sin llegar a encontrarnos.
No , no fué la lluvia, fue el cansancio,
 o la inercia,
 o tal vez la incapacidad de saber renovarnos,
 cuando la lluvia nos mojó,
 era fuego ya apagado . Maricarmen.