SOÑAR
La nostalgia me envuelve, las brumas del gris Otoño apagan los brillos del sol candente.
El cielo se despoja de su vestido azul claro de día y su traje de noche con brillos dorados y resplandecientes por uno, de tonalidades grises y negros, sobrio, como respetando la muerte de la estación estival.
Llega la calma, la melancolía. El sueño.
Los bosques tornan amarillentos,ocres, rojizos. Las musas bailan un compás de inspiración al cual me invitan a participar y a soñar, con metas imposibles, más, la esperanza perdura y danzo y danzo entre brumas blancas en la espesura del hermoso bosque, donde sus cadentes hojas, al desplazarse al vacío, van dejando escuchar, una nota musical de triste melodía.
Mientras mis pies se deslizan suaves, las musas me elevan al compás de la música hacia el cielo donde alcancé la cima más elevada de la montaña y allí las aguas cantarina de los riachuelos desprendidas de las cúspides me bañaron risueñas y alegres bajos su espuma blanca.
Las musas me protegían y con sus alas blancas me deslizaron con suavidad prodigiosa del mundo de los sueños y acomodaron mi mente a mi cuerpo que dormía plácidamente antes de que de nuevo se despertara el alba. Maricarmen.