HOY DÍA DEL PADRE, PUBLICO UN TRABAJO QUE HICE HACE ALGÚN TIEMPO, CREO QUE ES MUY PROPICIO EN ESTE DÍA FELICIDADES A LOS JOSÉ Y JOSEFA Y A LOS PAPÁS
EL REENCUENTRO
Miraba el reloj nervioso y sudoroso.El móvil no sonaba, esperaba que su hijo contestara al mensaje que le había mandado. Dudaba si lo haría, sabía que había muchas posibilidades que quedara en saco roto, pero su esperanza era más fuerte. Apostaba mucho en ese reencuentro.
Sonó al fín: Hola papá. Que tál hijo? Se hizo un silencio. Bién, bién, tú dirás. Que te parece si comemos en aquel pequeño restaurante; Es posible que podamos volver a vernos? De nuevo un largo y frío silencio. Hace tanto tiempo desde entonces. El chico respondió: Claro papá, allí estaré..Gracias hijo.
El sabía que no iba a ser fácil ese reencuentro, toda su vida había sido muy duro con su hijo. Le había reprochado tanto. Nunca soportó que no fuera a su imagen y semejanza, algo, que hizo que le fuera perdiendo.
El joven quería poner de su parte. Habían pasado varios años desde su última discusión que acabó marchándose acalorado de casa; Sin embargo el amor a su padre le hizo atender esa petición y allí estaría.
LLegó el esperado momento. El padre llegó primero al restaurante y mientras tomaba su vino preferído, intentaba relajar la tensión que atenazaba su débil corazón.
El joven, llegó y acercándose al padre le dió un apretado abrazo.Una vez pasado el emotivo momento y sentados frente a frente, el padre tomó la palabra: Hijo, en estos años que te he tenído tan alejado de mí, he comprendido que fuí muy egoista y egocéntrico; sé que fuí muy injusto contigo e incomprensivo, no quise entender que tenías vida propia y mi terquedad me tiene entristecido y necesito pedirte perdón, nunca quise saber de tus sentimientos y aspiraciones. El joven emocionado y perplejo de escuchar tales palabras, abrazó de nuevo al padre y le dijó:Papá, no te disculpes más por favor, no es necesario, quizás este tiempo ha servído para que en tu corazón haya crecido la semilla de la tolerancia y de la humildad para entender que cada vida es diferente, que cada persona tiene que recorrer su propio camino, lleno de fracasos y de éxitos.Por ello estoy aquí, para que entiendas que en la vida debe premiar el amor y la comprensión, al menos para mí es lo más importante y es lo que inculcaré a mi pequeño hijo, tú primer nieto. Al padre le brillaron los ojos hasta caer una lágrima, el joven apretó su mano mientras él asintiendo bajó la cabeza.