domingo, 22 de septiembre de 2019





Resistí.




Y creí que no resistiría sin volverte a ver
y qué ilusa fui
Te fuiste con el frío, en pleno invierno y.... pasó el frío,
 pasó la primavera y resistí.
 pasaron dos y tres primaveras y cinco.....tantas!

 Resistí, Enero helados,
las lluvias de Mayo,
Agosto con sus calores
llorándote cada noche.

Llegó el Otoño, nostalgia,
 la luna de ti me habla.

Y sigues, asomada en la puerta,
y cosiendo, tus manos de plata.
 y resistí, resistí, sin ti, pero
siempre en mí.
Será porque nunca te fuiste?
Será porque no te dejé ir?
   El tiempo ejecuta, manda,
dictamina pero el corazón
 resiste, aguanta, aún sin tí.

Y al mirar tu imagen  vuelvo al ayer
y quisiera contarte tanto de hoy pero
te miro y te miro.... y prefiero sonreí. Maricarmen.







miércoles, 13 de marzo de 2019

Creemos



Nos creemos que somos algo
y nos somos nada.
materia efímera, volátil.
Poderosa ingenuidad que
desborda, a veces, tanta maldad,
Oh ignorantes del mundo!,
no hay poder que perdure,
 ni eternidad que subyugue.
Somos uno más en la
fauna de la vida,
ríos de lavas que perecen
en la mar y nos creemos que
somos algo y no somos nada.
La codicia impera y
aplasta la debilidad, más
creemos ser, sin ser
 qué fatalidad!.
Tú triunfas, yo espero
la oportunidad.
la fortuna me rechaza pero
al final, somos dos gotitas
de agua que resbalan, de
ojos sufridores que
 un día se cerrarán.
Nos creemos privilegiados,
afortunados, seremos al final,
un montón de huesos, desparramados
en el hoyo más oscuro de
una tierra quebrantada por
las manos destructible de
una naturaleza que nos recuerda
que creemos que somos algo
y no somos nada. Maricarmen.

domingo, 6 de enero de 2019









A los Reyes d’Oriente les pío,

yo les pío una cosa mu güena:
¡Que no lloren los niños! ¡que no!
por la curpa de nuestra torpeza,
que na más nus jagan pucherinos
cuando quieran estrujá la teta,
que no lloren por otras custiones
porque asina se quean sin juerza.



¡Que no lloren ni jagan pucheros!
por la jambre que azote su tierra,
que hay condumio pa tos, y de sobra,
na más farta una miaja e concencia
pa mercá un quilino e garbanzos,
enlialo con nuestra vergüenza
y mandalo con mucho cariño
pa onde hay niños que sufren miseria.
¡Que no lloren los niños! ¡que no!
por la farta de delicaeza,
por sé hijos na más d’unos padres
que no tién corazón ni concencia
y s’enfuscan metiendo cizaña
y s’enzarzan en fieras peleas
y arremeten contra’l chiriveje
por su mala bebía y su pena.
¡Que no lloren ni jagan pucheros!
que su llanto me jierve’n las venas,
que no lloren porque haiga presonas
qu’embargaos por su mala ralea
quien jacernos volá en peazos
y disparan a tontas y a ciegas
pa pintá del coló de la sangre
una fría y jedionda frontera.
¡Que no lloren los niños! ¡que no!
que se riyan con toas sus juerzas,
que regüervan, qu’estrocen, que chillen
y alevanten doló de caeza,
porque asina se ve qu’están juertes
y no hay cosa que más nus alegra
qu’esa risa que nus trae añoranza
d’argún tiempo de nuestra inocencia.
Al Melchó, con su barba tan branca,
al Gaspá, a la lus de la estrella,
y a ese Rey que a mí de nuevino
me dio mieo su jeró tan negra,
a esos Reyes d’Oriente les pío
más que un ruego una desigencia:
¡Que no lloren los niños! ¡que no!
porque asina se quean sin juerza.
-Javier Feijóo.