domingo, 31 de octubre de 2021

 Pequeño homenaje a mi tierra extremeña.

Yo soy extremeña.

Yo soy extremeña de pura cepa,
 donde no hay "pampas" pero sí, dehesas.
No soy de mar, ni agua salada,
 pero sí, de agua dulce,
 con sabor, a carpas y...Soy
hija de hembra de casta,
 fuerte como el olivo,
 dando sombra, a su manada.
Ella fue mi luz, nunca oscuridad.
  Parida de su vientre, en séptimo lugar,,
 en el esfuerzo de su sangre y sudor,
 vi la luz y su rostro, con sus ojitos, 
que me protegieron, hasta el final, 
cuando se quedó dormida,
 con la sonrisa puesta, 
recibiendo a la eternidad.
Soy extremeña, hija del viento 
que sopla por las dehesas y,
 sus gargantas tan frescas
. Como el Guadiana, en mi mente,
 desaparece la tristeza, entre aguas
 oscuras y profunda y como tal,  
reaparece, fortalecida, la alegría,
 de ser de esta tierra, brava y sencilla. 
Soy hija de un hombre, rudo como la tierra, 
el barro y el agua
. La luna y el sol fueron
 sus más fieles compañeros.
 Siempre en la lucha, 
en contra y a favor del cielo.
 Su mirada, a veces, preocupada, a veces, relajada,
 cuando al  salir al alba,
 guiaba a sus pies agrietados, 
hacia la tierra que como"maná"
le recibía, cada mañana.
Soy hija, hermana, nieta
 de mi extensa tierra, 
verde en praderas, 
saltos de agua cantarina,
 entre piedras verdosas y escurridizas.
Soy hija y nieta de campusino,
 del chacho, del arrebusco,
 de los luceros,de la nacencia,
del ajile y del cavilo,
 del castúo extremeño, de allí vengo.
Soy madre, esposa y abuela, 
soy lluvia desparramada
 para regar mis querencias que son tantas.
 Soy sol y cielos azules que 
se reflejan en mis pupilas,
 para que iluminen, a mi gente querida.
Soy arte y sensible.
 Me escribo a mi misma,
 la alegría de vivirlo y sentirlo.
Soy fuego y hielo, a veces el frío
  congela mis sentidos. 
Me nubla la vista, me paraliza los dedos,
 aletarga el brillo de mi mirada, 
pero si sale el sol,
 se encienden miles de bombillas
 en todo mi ser y un volcán 
de energía recorre cada célula de
 mi cuerpo y vuelvo a ser la sonrisa,
 la alegría, la fuerza, la matemática,
 de la materia prima que
 Servanda y Victoriano,
 mezclaron en un momento
 de unión mágica y natural, como la vida misma.
Soy de poetas ilustres como Galán y Chamizo,
 pero también de los poemas de mi padre
 que escribió con tanto esmero, 
después de un día, de trabajo intenso,
 bajo la influencia de la luna o al calor, en un frío invierno.
Él dejó en mi,  su savia,
 y a veces, entre letras, también me enredo,
 para sacar mis ansias, de aquí de mis adentros.
Soy zarzamora, soy canto, soy tomillo y romero.
 Soy de cal viva,
 soy voz de mi pueblo extremeño. Maricarmen.

8 comentarios:

Loiva dijo...

Olá M@ Carmen!

Que seu domingo seja iluminado.
Abraços Loiva

Guaraciaba Perides dijo...

Que belos versos que transpiram vida!
Parabéns pela vida bem vivida.
Um abraço

Amapola Azzul dijo...

Precioso poema, dulces letras, enhorabuena.

Bonita tierra y buenas sus gentes.

Sandra Figueroa dijo...

Hermoso homenaje. Un gusto leerte. Saludos.

Mª Jesús Muñoz dijo...

M. Carmen, has puesto la mente y el corazón en el poema. Me encantó cómo nos resumes tu venida al mundo, tu amor por los tuyos y tu bendita tierra. Lo haces con gracia, entrega y mucho talento, amiga. Realmente llevas la poesía en tus venas, como tu padre y me alegro que sigas escribiendo aunque sea de vez en cuando. No dejes de escribir, las letras nos dan fuerza, alimentan las neuronas y el alma. Además las letras tienen un halo divino que nos alumbran, aunque no nos demos cuenta.
Te dejo mi gratitud y mi abrazo por tu cercanía y la preciosidad que nos dejas, amiga. Cuídate y no dejes las letras.

Rajani Rehana dijo...

Super blog

Rajani Rehana dijo...

Please read my post

Verónica Calvo dijo...

El poema es una gozada; todo un homenaje a tu tierra, que bien conozco y en la que me siento siempre acogida.
Eres madre, abuela, poeta, extremeña y sensible.
Un placer volver a leerte.

Besos.