lunes, 15 de noviembre de 2021


Entre alfileres de plata,
 pende su memoria,
 hebras que la brisa esparce
 por árida tierra que ya cuesta andarla.
 El iris de sus ojos obnubilado
 distraído por la cruenta verdad del tiempo, 
apenas percibe si él, está más cerca,
 si está más lejos. 
Pero a esas retinas aún llegan
 las imágenes del recuerdo y 
aún se aprecia en sus labios una leve sonrisa, 
un amago, un intento de echar a andar y
 buscar lo que quedó en el silencio. 
Unas manos mermada por la erosión 
 de los elementos que, 
aunque ásperas y torpes son cálidas 
y deseosas de amor y de respeto. Maricarmen.