Alerta:  Quince años

Ella intuía que algo extraño ocurría en aquella cabecita, a aquellos ojitos llenos de vida le faltaban  una pizca de ilusión y de alegría.  Era su niña bonita que con sus quince años llenaba completamente su vida. Aquella niña la tenía preocupada, sin sosiego.

Ya no cantaba en la ducha, no protestaba como antes, no gritaba por todo, ya no exigía su paga con la misma fuerza. Sus notas aunque no malas, habían bajado y su interés y curiosidad fueron relegados por la pasividad y la tristeza.

Ella, con su trabajo, con su estréss, su moverse rápida por la vida y su querer cada vez más,  no había percatado que la sombra se había instalado en el corazoncito de quién ella más preciaba,

Pero de pronto las luces de su cerebro se encendieron todas a la vez, el intermitente de peligro se puso al rojo vivo y un frío helador recorrió todo su cuerpo.

Decidió coger el toro por los cuernos, bucear por los sentimientos de aquel corazón que andaba descontrolado.

Esa mañana puso excusa en el trabajo y se puso a investigar el dormitorio de la pequeña. Los resultados fueron rápidos, el problema estaba tan cerca, solo tuvo que encender el ordenador y allí encontró todo lo que la carita y ojos de su hija no se atrevían a contar.

Las amenazas del pederasta eran tan crueles que ella quedó paralizada y horrorizada al ver las fotos de la niña en la pantalla. Maricarmen.