No soy de mar, ni agua salada,
pero sí, de agua dulce,
con sabor, a carpas y...Soy
hija de hembra de casta,
fuerte como el olivo,
dando sombra, a su manada.
Ella fue mi luz, nunca oscuridad.
Parida de su vientre, en séptimo lugar,,
en el esfuerzo de su sangre y sudor,
vi la luz y su rostro, con sus ojitos,
que me protegieron, hasta el final,
cuando se quedó dormida,
con la sonrisa puesta,
recibiendo a la eternidad.
Soy extremeña, hija del viento
que sopla por las dehesas y,
sus gargantas tan frescas
. Como el Guadiana, en mi mente,
desaparece la tristeza, entre aguas
oscuras y profunda y como tal,
reaparece, fortalecida, la alegría,
de ser de esta tierra, brava y sencilla.
Soy hija de un hombre, rudo como la tierra,
el barro y el agua
. La luna y el sol fueron
sus más fieles compañeros.
Siempre en la lucha,
en contra y a favor del cielo.
Su mirada, a veces, preocupada, a veces, relajada,
cuando al salir al alba,
guiaba a sus pies agrietados,
hacia la tierra que como"maná"
le recibía, cada mañana.
Soy hija, hermana, nieta
de mi extensa tierra,
verde en praderas,
saltos de agua cantarina,
entre piedras verdosas y escurridizas.
Soy hija y nieta de campusino,
del chacho, del arrebusco,
de los luceros,de la nacencia,
del ajile y del cavilo,
del castúo extremeño, de allí vengo.
Soy madre, esposa y abuela,
soy lluvia desparramada
para regar mis querencias que son tantas.
Soy sol y cielos azules que
se reflejan en mis pupilas,
para que iluminen, a mi gente querida.
Soy arte y sensible.
Me escribo a mi misma,
la alegría de vivirlo y sentirlo.
Soy fuego y hielo, a veces el frío
congela mis sentidos.
Me nubla la vista, me paraliza los dedos,
aletarga el brillo de mi mirada,
pero si sale el sol,
se encienden miles de bombillas
en todo mi ser y un volcán
de energía recorre cada célula de
mi cuerpo y vuelvo a ser la sonrisa,
la alegría, la fuerza, la matemática,
de la materia prima que
Servanda y Victoriano,
mezclaron en un momento
de unión mágica y natural, como la vida misma.
Soy de poetas ilustres como Galán y Chamizo,
pero también de los poemas de mi padre
que escribió con tanto esmero,
después de un día, de trabajo intenso,
bajo la influencia de la luna o al calor, en un frío invierno.
Él dejó en mi, su savia,
y a veces, entre letras, también me enredo,
para sacar mis ansias, de aquí de mis adentros.
Soy zarzamora, soy canto, soy tomillo y romero.
Soy de cal viva,
soy voz de mi pueblo extremeño. Maricarmen.